La comprensión creadora, pues esa se va desarrollando a base de puro discernimiento; no puede haber comprensión en uno si no se establece un perfecto equilibrio entre el Ser y el Saber. Cuando el Ser es más grande que el Saber, de allí deviene, como decía Gurdjieff, un “santo estúpido”; cuando el Saber es más grande que el Ser, de ahí deviene -digo yo-, un “bribón del intelecto”, y el mundo, actualmente, está gobernado por bribones, de allí el estado caótico en que se encuentra la humanidad. Establecer el equilibrio entre el Ser y el Saber es indispensable. Uno establece el equilibrio entre el Ser y el Saber a base de meditación. Si estudiamos, por ejemplo, un versículo bíblico y no utilizamos para el estudio más que el centro formativo, el centro que registra en el intelecto, pues obviamente vamos mal, estamos destrozando ese Centro, pero si estudiamos el versículo y luego nos absorbemos en profunda meditación, con propósito de hacernos conscientes por iluminación, del profundo significado de ese versículo, entonces se forma, dijéramos, un intercambio entre el Ser y el Saber. El Saber se funde en el Ser y el Ser se funde en el Saber, de esa fusión tan integral resulta la llamarada viviente de la comprensión.
** Samael Aun Weor. La falsa personalidad.
Si no hacemos Conciencia de aquello que estamos estudiando, si lo dejamos exclusivamente en la Memoria, no hacemos nada.
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