Las Primeras Damas en México han desempeñado históricamente un rol social y político a tal punto que se ha juzgado que algunas de ellas han llegado a exceder sus funciones.
Aunque no son reconocidas oficialmente, pues su papel no está previsto por la ley ni percibe salario alguno, la esposa del presidente en turno asume un papel de liderazgo en el desahogo de una agenda social.
Conforme a una tradición, asiste a reuniones y ceremonia, nacionales e internacionales, en representación del Presidente, así como a la inauguración de escuelas, hospitales, y obras de asistencia social, de caridad y humanitarias.
Además, la primera dama asume la titularidad del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Es la anfitriona de la residencia oficial de Los Pinos, en donde se encuentran sus oficinas y su personal.
¿Y si es hombre? La especulación
Lo mismo que si “Presidenta” o “la Presidente”, la discusión sobre si primer “Damo” parece una discusión ociosa si se diera el caso en el que una mujer llegue por primera vez a la presidencia de la República. No así la pregunta sobre las funciones que habría de asumir, propias del sexo femenino como cumbres o reuniones de Primeras Damas.
En ausencia de esa figura femenina, el papel lo puede asumir otra mujer como ha sucedido cuando el jefe del Ejecutivo es viudo o soltero. Un ejemplo es el del Presidente Plutarco Elías Calles, cuya hija, Hortensia Elías Calles asumió ese papel; y Guadalupe Díaz Ordaz, hija del Presidente Gustavo Díaz Ordaz.
En el año 2000, tras convertirse en el primer Presidente panista, Vicente Fox contrajo matrimonio por el Civil con Marta Sahagún, quien se había desempeñado como encargada de comunicación social de la Presidencia, con lo que dejó de ser un mandatario soltero.
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