RICARDO ALEMAN.
Por ROBERTO VIZCAÍNO
* El seguimiento del movimiento y los personajes dejan en claro que el
#132 nació en Chile
* El personaje central de este entramado y movimiento es Manuel Camacho Solís
* A López Obrador se han unido más que sospechosamente grandes empresarios
Suelen decir expertos en la vida que la ingenuidad llega hasta los 18 años, luego de esa edad ya se califica de otra forma.
Por eso, desde el momento en que ocurría en la ibero, hubo quienes no creímos en la espontaneidad del movimiento estudiantil anti peña, es por demás evidente que alguien estaba montado sobre esa protesta.
Lo que ocurrió después, las supuestas declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell respecto de que los quejosos no eran de la Ibero o si los calificó de porros, fue el pretexto. La base del movimiento que ahora se conoce como #Yo soy 132 ya estaba echada a andar.
Al menos así lo confirma el periodista Ricardo Alemán en su columna de ayer de nuevo en El Universal, bajo el encabezado de “La mano que mueve al # Yo soy 132”.
De alguna forma y casi desde el viernes 8 de mayo, día en que ocurrió lo de Peña Nieto en la Ibero, ya corrían algunos de los nombres que Alemán ahora enlaza en una trama a la que le faltan todavía muchas respuestas.
Lo interesante por desbrozar es el por qué muchos de esos personajes decidieron seguir el camino de una insospechada alianza electoral con Andrés Manuel López Obrador.
Pero, mire, no me adelanto y, para darle coherencia a lo que vamos a señalar, le invito a seguir la argumentación central de la columna de Ricardo publicada ayer domingo en El Universal.
De entrada afirma que detrás del #Yo soy 132 está Manuel Camacho y que este movimiento mexicanos surgió como una copia del reciente movimiento estudiantil chileno encabezado por Marcos Enríquez Ominami, ex candidato presidencial en Chile, hijo de Miguel Enríquez, fundador del MIR —Movimiento de Izquierda Revolucionario—, asesinado por las fuerzas de Pinochet.
MEO -como conoce a Enríquez Ominami en Chile- fue toda una sorpresa durante proceso presidencial chileno de 2009-2010 al crear un movimiento independiente, apoyado por estudiantes pero fundado esencialmente en el manejo y uso electoral de las redes sociales.
De ahí surgió la carismática y muy popular líder estudiantil Camila Vallejo, dirigente de las Juventudes Comunistas chilenas.
Allá, como ahora “casualmente aquí”, los objetivos del movimiento fueron: la democratización de los medios, los cuales fueron acusados de ser parciales y oficialistas y estos a su vez domaron al gobierno. Los estudiantes con MEO a la cabeza –afirma Ricardo Alemán-, crearon un nuevo tipo de política; la política de los NO-políticos.
Y MEO internacionalizó su movimiento. Primero lo exportó a Argentina donde se alió a la presidenta Cristina Kirchner durante la reciente nacionalización del petróleo, y en México busca y se acerca a Manuel Camacho a quien interesa en el fenómeno estudiantil chileno, surgido de universidades privadas.
Cuando Peña Nieto llega a la Ibero la mañana del viernes 8 de mayo, cae de hecho en una emboscada tendida por estos dos actores quienes se apoyaron para dar el golpe en Mauricio Toledo -candidato por el PRD a la jefatura delegacional por Coyoacán, e hijo del chileno Nelson Toledo, ex miembro del gabinete de Allende y conocido activista de la Unidad Popular-, y amigo de MEO.
Otros que fueron agregados al incipiente movimiento fueron Miguel Torruco Garza, a quien se conoce como un activista reconocido de las redes sociales y, por supuesto, estrechamente vinculado a Mauricio Toledo.
Miguel Torruco Garza, además de uno de los fanáticos más duros de Andrés Manuel López Obrador, es hijo del empresario Miguel Torruco Marqués, a quien el tabasqueño ya nombró como secretario de Turismo de su presumible gobierno.
Del apellido Torruco sin embargo surge una trama de intereses que hoy es uno de los focos más sorprendentes de los vínculos alcanzados por López Obrador dentro de la contienda presidencial de 2012.
Y ello es porque los migueles son padre y hermano de María Elena, esposa de Carlos Slim Domit, hijo de Carlos Slim Elu de quien afirman también se ha alineado a la campaña de López Obrador al apoyarlo a través de al menos tres medios reconocidos: el diario La Jornada, el diario Reforma y la revista Proceso.
A todo este entramado por demás insospechado, se suma Gerardo Cornejo, alumno de la UANL, y otro de los más reconocidos activistas de las redes sociales, y uno de los más severos críticos de la IP neolonesa y en especial de Lorenzo Zambrano.
Cornejo opera en el círculo del empresario Alfonso Romo Garza Lagüera, quien en 2000 fue uno de los más fervientes amigos de Fox y ahora, en una maroma de alcances sorprendentes, lo es de López Obrador.
Romo se ha encargado ahora de introducir y presentar a López Obrador con empresarios de prácticamente todo el norte del país, donde el PRD prácticamente no pinta.
Cercano a Manuel Camacho, Manuel Solares opera –dice Ricardo-, como estratega de logística del movimiento estudiantil # Yo soy 132 mientras que el ex camarógrafo y productor de Argos, Epigmenio Ibarra es el responsable de la imagen de todo lo que hace y dice el #Yo soy 132. Epigmenio mantiene una estrecha cercanía con la familia Slim, y por años lo fue del diario La Jornada.
Con estos personajes y a partir de autoproclamas entre pequeños núcleos estudiantiles de cada una de las 50 o más universidades que dicen estar representadas en ese movimiento, se autoproclamaron líderes o representantes y, con su sola presencia, ya eran la voz y el pensamiento de tal o cual universidad.
Ahí caminó la experiencia estudiantil chilena de MEO, quien habría llegado a México en marzo de 2011 -según el INM-, para capacitar a grupos estudiantiles de los tecnológicos de Mérida y Puebla y de distintas facultades de la UNAM.
Hay quienes ahora aseguran que además de la cercanía con Camacho, MEO es parte del staff de Luis Costa Bonino, el personaje central del pase de la charola con empresarios, para la campaña de AMLO.
Ni que decir que el objetivo central del #132 es reventar la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto, y en cambio llevar a la Presidencia a López Obrador.
Hasta aquí un resumen muy arbitrario de la columna de Ricardo Alemán la cual le invito a leer directamente en El Universal.
LOS OTROS INVITADOS
Pero si ampliamos un poco la mirada, el panorama de los aliados de Andrés Manuel López Obrador dentro de la contienda actual por la Presidencia de la República es aún más increíble.
El tabasqueño no sólo es acompañado por Carlos Slim y quizá sus hijos y socios, y todos los antes señalados, sino evidentemente por los miembros de su anticipado gabinete: Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Gobernación; Rogelio Ramírez de la O., titular de Hacienda; Juan Ramón de la Fuente, secretario de Educación Pública; Claudia Sheinbaum, secretario de Medio Ambiente; Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes; el empresario Fernando Turner, secretaria de Economía; Adolfo Hellmund López, secretario de Energía; María Luisa Albores, secretaria de la Reforma Agraria; el científico René Drucker Colín, titular de Ciencia, Tecnología e Innovación; Víctor Suárez Carrera, secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; Sergio Rodríguez Cuevas, secretario de Salud; José Agustín Ortiz Pinchetti, nominado para el Trabajo y Previsión Social; Genaro David Góngora Pimentel, consejero Jurídico de la Presidencia; Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo; Raquel Sosa Elizaga, secretaria de Desarrollo Social; Bertha Luján Uranga, secretaria de la Honestidad y Combate a la Corrupción; Bernardo Batiz, procurador General de la República; Manuel Mondragón y Kalb, secretario de Seguridad Pública; Elena Poniatowska Amor, secretaría de Cultura y Jorge Eduardo Navarrete, secretario de Relaciones Exteriores.
Cada uno con una historia cumplida muy ajena a candideces.
Y por supuesto que a este grupo se han sumado otros muchos empresarios que, como Alfonso Romo, no hace mucho consideraban al tabasqueño todo un peligro para México.
¿Qué pasó? ¿En verdad cambió López Obrador?
Lo que hemos visto de él sólo en el programa de Tercer Grado nos dice que no, que no ha cambiado en nada.
¿Entonces? ¿Cómo es posible que Carlos Slim y todos los demás señalados, desde luego los ajenos al PRD, lo apoyen y sigan ahora?
Bueno, a lo mejor habría que ver el entorno y los intereses de cada uno, porque ninguno de ellos es ingenuo. Eso sí se puede garantizar. Y si es así, entonces AMLO está más tripulado que el # 132.
* El personaje central de este entramado y movimiento es Manuel Camacho Solís
* A López Obrador se han unido más que sospechosamente grandes empresarios
Suelen decir expertos en la vida que la ingenuidad llega hasta los 18 años, luego de esa edad ya se califica de otra forma.
Por eso, desde el momento en que ocurría en la ibero, hubo quienes no creímos en la espontaneidad del movimiento estudiantil anti peña, es por demás evidente que alguien estaba montado sobre esa protesta.
Lo que ocurrió después, las supuestas declaraciones de Pedro Joaquín Coldwell respecto de que los quejosos no eran de la Ibero o si los calificó de porros, fue el pretexto. La base del movimiento que ahora se conoce como #Yo soy 132 ya estaba echada a andar.
Al menos así lo confirma el periodista Ricardo Alemán en su columna de ayer de nuevo en El Universal, bajo el encabezado de “La mano que mueve al # Yo soy 132”.
De alguna forma y casi desde el viernes 8 de mayo, día en que ocurrió lo de Peña Nieto en la Ibero, ya corrían algunos de los nombres que Alemán ahora enlaza en una trama a la que le faltan todavía muchas respuestas.
Lo interesante por desbrozar es el por qué muchos de esos personajes decidieron seguir el camino de una insospechada alianza electoral con Andrés Manuel López Obrador.
Pero, mire, no me adelanto y, para darle coherencia a lo que vamos a señalar, le invito a seguir la argumentación central de la columna de Ricardo publicada ayer domingo en El Universal.
De entrada afirma que detrás del #Yo soy 132 está Manuel Camacho y que este movimiento mexicanos surgió como una copia del reciente movimiento estudiantil chileno encabezado por Marcos Enríquez Ominami, ex candidato presidencial en Chile, hijo de Miguel Enríquez, fundador del MIR —Movimiento de Izquierda Revolucionario—, asesinado por las fuerzas de Pinochet.
MEO -como conoce a Enríquez Ominami en Chile- fue toda una sorpresa durante proceso presidencial chileno de 2009-2010 al crear un movimiento independiente, apoyado por estudiantes pero fundado esencialmente en el manejo y uso electoral de las redes sociales.
De ahí surgió la carismática y muy popular líder estudiantil Camila Vallejo, dirigente de las Juventudes Comunistas chilenas.
Allá, como ahora “casualmente aquí”, los objetivos del movimiento fueron: la democratización de los medios, los cuales fueron acusados de ser parciales y oficialistas y estos a su vez domaron al gobierno. Los estudiantes con MEO a la cabeza –afirma Ricardo Alemán-, crearon un nuevo tipo de política; la política de los NO-políticos.
Y MEO internacionalizó su movimiento. Primero lo exportó a Argentina donde se alió a la presidenta Cristina Kirchner durante la reciente nacionalización del petróleo, y en México busca y se acerca a Manuel Camacho a quien interesa en el fenómeno estudiantil chileno, surgido de universidades privadas.
Cuando Peña Nieto llega a la Ibero la mañana del viernes 8 de mayo, cae de hecho en una emboscada tendida por estos dos actores quienes se apoyaron para dar el golpe en Mauricio Toledo -candidato por el PRD a la jefatura delegacional por Coyoacán, e hijo del chileno Nelson Toledo, ex miembro del gabinete de Allende y conocido activista de la Unidad Popular-, y amigo de MEO.
Otros que fueron agregados al incipiente movimiento fueron Miguel Torruco Garza, a quien se conoce como un activista reconocido de las redes sociales y, por supuesto, estrechamente vinculado a Mauricio Toledo.
Miguel Torruco Garza, además de uno de los fanáticos más duros de Andrés Manuel López Obrador, es hijo del empresario Miguel Torruco Marqués, a quien el tabasqueño ya nombró como secretario de Turismo de su presumible gobierno.
Del apellido Torruco sin embargo surge una trama de intereses que hoy es uno de los focos más sorprendentes de los vínculos alcanzados por López Obrador dentro de la contienda presidencial de 2012.
Y ello es porque los migueles son padre y hermano de María Elena, esposa de Carlos Slim Domit, hijo de Carlos Slim Elu de quien afirman también se ha alineado a la campaña de López Obrador al apoyarlo a través de al menos tres medios reconocidos: el diario La Jornada, el diario Reforma y la revista Proceso.
A todo este entramado por demás insospechado, se suma Gerardo Cornejo, alumno de la UANL, y otro de los más reconocidos activistas de las redes sociales, y uno de los más severos críticos de la IP neolonesa y en especial de Lorenzo Zambrano.
Cornejo opera en el círculo del empresario Alfonso Romo Garza Lagüera, quien en 2000 fue uno de los más fervientes amigos de Fox y ahora, en una maroma de alcances sorprendentes, lo es de López Obrador.
Romo se ha encargado ahora de introducir y presentar a López Obrador con empresarios de prácticamente todo el norte del país, donde el PRD prácticamente no pinta.
Cercano a Manuel Camacho, Manuel Solares opera –dice Ricardo-, como estratega de logística del movimiento estudiantil # Yo soy 132 mientras que el ex camarógrafo y productor de Argos, Epigmenio Ibarra es el responsable de la imagen de todo lo que hace y dice el #Yo soy 132. Epigmenio mantiene una estrecha cercanía con la familia Slim, y por años lo fue del diario La Jornada.
Con estos personajes y a partir de autoproclamas entre pequeños núcleos estudiantiles de cada una de las 50 o más universidades que dicen estar representadas en ese movimiento, se autoproclamaron líderes o representantes y, con su sola presencia, ya eran la voz y el pensamiento de tal o cual universidad.
Ahí caminó la experiencia estudiantil chilena de MEO, quien habría llegado a México en marzo de 2011 -según el INM-, para capacitar a grupos estudiantiles de los tecnológicos de Mérida y Puebla y de distintas facultades de la UNAM.
Hay quienes ahora aseguran que además de la cercanía con Camacho, MEO es parte del staff de Luis Costa Bonino, el personaje central del pase de la charola con empresarios, para la campaña de AMLO.
Ni que decir que el objetivo central del #132 es reventar la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto, y en cambio llevar a la Presidencia a López Obrador.
Hasta aquí un resumen muy arbitrario de la columna de Ricardo Alemán la cual le invito a leer directamente en El Universal.
LOS OTROS INVITADOS
Pero si ampliamos un poco la mirada, el panorama de los aliados de Andrés Manuel López Obrador dentro de la contienda actual por la Presidencia de la República es aún más increíble.
El tabasqueño no sólo es acompañado por Carlos Slim y quizá sus hijos y socios, y todos los antes señalados, sino evidentemente por los miembros de su anticipado gabinete: Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Gobernación; Rogelio Ramírez de la O., titular de Hacienda; Juan Ramón de la Fuente, secretario de Educación Pública; Claudia Sheinbaum, secretario de Medio Ambiente; Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes; el empresario Fernando Turner, secretaria de Economía; Adolfo Hellmund López, secretario de Energía; María Luisa Albores, secretaria de la Reforma Agraria; el científico René Drucker Colín, titular de Ciencia, Tecnología e Innovación; Víctor Suárez Carrera, secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; Sergio Rodríguez Cuevas, secretario de Salud; José Agustín Ortiz Pinchetti, nominado para el Trabajo y Previsión Social; Genaro David Góngora Pimentel, consejero Jurídico de la Presidencia; Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo; Raquel Sosa Elizaga, secretaria de Desarrollo Social; Bertha Luján Uranga, secretaria de la Honestidad y Combate a la Corrupción; Bernardo Batiz, procurador General de la República; Manuel Mondragón y Kalb, secretario de Seguridad Pública; Elena Poniatowska Amor, secretaría de Cultura y Jorge Eduardo Navarrete, secretario de Relaciones Exteriores.
Cada uno con una historia cumplida muy ajena a candideces.
Y por supuesto que a este grupo se han sumado otros muchos empresarios que, como Alfonso Romo, no hace mucho consideraban al tabasqueño todo un peligro para México.
¿Qué pasó? ¿En verdad cambió López Obrador?
Lo que hemos visto de él sólo en el programa de Tercer Grado nos dice que no, que no ha cambiado en nada.
¿Entonces? ¿Cómo es posible que Carlos Slim y todos los demás señalados, desde luego los ajenos al PRD, lo apoyen y sigan ahora?
Bueno, a lo mejor habría que ver el entorno y los intereses de cada uno, porque ninguno de ellos es ingenuo. Eso sí se puede garantizar. Y si es así, entonces AMLO está más tripulado que el # 132.
aportacion de R R de los S "RIKI"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
TU QUE OPINAS?